Terapia Centrada en la Persona: fue cuando a mi llegada a España en 1996 decidí ampliar mi ámbito de intervención al trabajo con personas afectadas por el VIH SIDA que descubrí la enorme aportación hecha por Carl Rogers a la Psicología contemporánea.
Su Terapia Centrada en la Persona sigue siendo uno de los enfoques terapéuticos más interesantes y las mayorías de las habilidades del terapeuta que aún hoy se enseñan en las universidades se derivan de las propuestas de este psicólogo.
Se sitúa en el ámbito de la psicología humanista que rechaza una visión pesimista del ser humano, considerado un organismo caótico, impulsivo y peligroso que necesita debe ser refrendado, controlado y direccionado desde pautas y parámetros externos.
Rogers nos habla de una tendencia actualizante existente en cada persona: esta tendencia puede, es cierto, ser obstruida y coartada, pero no destruída.
De ahí que el centro de la Terapia se situe en la misma persona y no en el terapeuta.
Lo más característico de esta psicoterapia es la actitud del terapeuta, que se caracteriza por una profunda creencia de respeto y aceptación del cliente y de sus propias capacidades para el cambio.
La terapia entonces pretende restablecer la apertura y libertad experiencial, junto con la capacidad de autodirección y autorregulación.
La función del terapeuta consiste en encarnar y transmitir esa confianza básica en las propias direcciones internas de la persona.
Eso ocurre por medio de tres actitudes fundamentales del terapeuta:
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Actitud abierta aexperiencia. Es necesario estar “abierto a”: a experimentar, a sentir, a descubrir… Ser capaz de vivir en el aquí y en el ahora. Estar dispuesto a fluir para tomar realmente consciencia de la experiencia.
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Compromiso con el proceso terapéutico. Compromiso con su proceso personal, las sesiones y la relación terapéutica.
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Confiar en ti y escucharte. Con esta actitud conseguirás tener acceso a tu consciencia. Serás más consecuente contigo y tu conducta se adaptará a tus necesidades, tanto personales y como sociales.
Gracias a este tipo de terapia la persona logra
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Conocerse mejor a si misma.
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Comprender sus emociones y experiencias.
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Aliviar su estrés, angustia y / o ansiedad.
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Dejar de sentirse culpable y de juzgarse a sí misma
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Desbloquear las barreras que no le permiten avanzar.
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Trabajar sus creencias limitantes.
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Adquirir herramientas para afrontar mejor el día a día.
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Ganar autoestima y seguridad.
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Aceptarse a Si misma.
Los principios de la terapia centrada en la persona están al centro de mi actuación terapéutica, incluso cuando recurro a técnicas procedentes de otras escuelas psicológicas. Este enfoque permite a mis clientes decidir el rumbo de sus vidas.
Carlo De Amicis