Carlo el Viejo y yo (de Carlo De Amicis)
Carlo el viejo asoma a mi espejo. Me sonríe, yo también sonrío. Me hace visita con frecuencia cada vez mayor y le estoy cogiendo cariño. Es un buen tipo, Carlo el viejo y es agradable conversar con él. Me gusta cuando me cuenta historias de otro tiempo. Eran, dice él, los tiempos del vinilo, de corazones analógicos, de lamer sellos y de teléfonos de rueda.
Cuando Carlo el viejo era sólo Carlo, escuchaba cantautores que querían cambiar el mundo. También a poesía, el arte, y el cinema tenían un compromiso con el mundo a venir.
Porque Carlo el viejo había soñado que el mundo cambiaría, que se convertiría en un mundo más justo y solidario. Sigue confiando en que algún día eso tendrá lugar, pero lo imagina en un futuro muy lejano.
Piensa a menudo en su vida, y se pregunta qué haría si pudiera retroceder en el tiempo. No todo fueron aciertos, lo sabe. Con todo, se siente tranquilo: siempre hizo lo que su conciencia le pedía, esforzándose en ser justo y generoso.
Me encanta de él que nunca pierde el sentido del humor.
«Carlo – le dije hace unos días estando los dos sentados en una terraza a la orilla del mar – no entiendo esta manía que tienes de decirte viejo. Se te ve aún muy juvenil, con mucha energía tanto física como mental. Te veo llevar una vida más intensa que muchos jóvenes de 20 años»
«¿Sabes qué me contestó el tío?»
«Tienes razón, amigo. No niego que me siento con mucha fuerza, con ganas de vivir, de hacer cosas nuevas, de seguir aprendiendo. Todo esto es cierto. Pero Plinio …»
«¿Plinio qué?»
«Plinio murió con 56 años»
«Y eso que quiere decir?»
«¿Sabes cómo le llamaban a ese chaval que murió con 56 años en la erupción del Vesubio? No lo llamaban Plinio el Cojo, ni Plinio el Rubio y tampoco Plinio el Listo. Y eso que listo era el tío. No, no, le llamaban Plinio el viejo. ¿Entiendes? El viejo murió con 56 vueltas al sol. Y, como tengo más de 56 …. Carlo el Viejo soy.»
Nos echamos a reír y le di la razón.
«Si lo argumentas así, no eres viejo, eres lo siguiente, jajaja. Pero, no cambies, te prohíbo perder tu optimismo, tu alegría, ti sensibilidad, que aún te queda camino por andar. ¿De acuerdo?»
«De acuerdo. ¿Y sabes qué te digo?»
Vi sus ojos observar una hermosa puesta de sol que teñía de rojo el cielo. De repente se levantó de pie y fijando una mirada muy decidida hacia el horizonte, dijo con mucha fuerza
«A Dios pongo por testigo de que nunca voy a ser un viejo cascarrabias».
Después nos abrazamos riendo.
Me ha encantado Carlo el viejo de parte de tu amiga Ana la vieja ❤️❤️❤️❤️
Gracias Ana
Bonita reflexión Carlo.
Cuando paseo con mi madre por la Plaza de Santa María y me comenta lo » vieja» que es, yo le respondo: mamá, vieja es la catedral, tú simplemente te haces mayor. Nos reímos un rato y ambos nos hacemos viejos… ja ja ja!!!
Gracias por compartir
Gracias
GRACIAS .. por esas sabias palabras, es un hermoso respeto y hermosa honra al camino.. ! Ese camino tan sabio, que te ha llevado al MAGO QUÉ ERES!..
NAMASTE.. CARLO, con todas las facetas que eres!.
Gracias Tammy. Namaste.
Ufff Carlo,me has emocionado tanto…que bonita reflexión,todos deberiamos ser así,y yo te digo como tu vieja amiga como el,no cambies sigue tus sueños y quizá el mundo que todos deseamos no este tan lejano.
..gracias por compartir tanta generosidad y amor.❤❤❤❤
Gracias Rosa