Cuatro jóvenes, dos chicas y dos chicos, se detienen en la puerta del casino. Faltan pocos días a la Navidad de 1986; es una noche fria en el Principado de Mónaco. Hay muchos coches de lujo aparcados en la puerta del casino.
Los jóvenes hablan entre ellos.
«Entrad vosotros – dice uno de ellos hablando español con acento italiano – yo os espero aquí».
«De acuerdo – contestan los otros miembros del grupo – no vamos a tardar».
Los tres entran y el italiano se queda en el exterior, aguardando, casi como en una película de gangsters. Pero no son gangsters, de serlo hubieran llegado al casino en coche y el italiano se hubiera quedado esperando con el motor encendido. Así que es evidente que no son cuatro malhechores participando en el atraco del siglo.
¿Quiénes son entonces? ¿Qué hacen en ese lugar tan glamuroso?
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Los amores a distancia son difíciles de sobrellevar, pero Carlo, el italiano, no lo lleva mal. Se pasa mucho tiempo sin poder ver a la chica que ama. Además, aùn no hay teléfonos móviles, y en los pisos de estudiantes, donde vive ella, ni siquiera hay teléfonos fijos.
Así que, se comunican con breves llamadas desde una cabina y con cartas que tardan bastante tiempo en llegar.
Carlo se siente feliz cuando empieza el viaje en tren hacía Jaén. Tardará cincuenta y tres horas en llegar, pero está muy enamorado y ese viaje tan largo no le asusta.
Ya sabe lo largo que va a ser el viaje, y se ha preparado para estar lo más cómodo posible, y lo más cómodo es un chándal.
En los 80’s las sandalias de madera del doctor Scholl estaban de moda para el verano, no para la Navidad. Sin embargo, a Carlo le habían operado de una uña encarnada, y no podía ponerse unos zapatos cerrados hasta que la uña hubiera terminado de crecer.
Sentado cómodamente en su asiento, con su sandalias y su chándal Carlo imagina con alegría el momento en el que volverá a abrazar a Rosa.
Lleva consigo, además de su mochila, un panettone y un pandoro. Son dos típicos bizcochos navideños que nunca faltan en una casa italiana.
Carlo sabe que les gustan mucho a la familia de Rosa y aún no los venden en España. Está convencido de que ese detalle que ella y su familia lo apreciarán.
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Las cuatro primeras horas del viaje se le pasan muy rápido. El tren llega a Ventimiglia, en la frontera con Francia.
«Avisamos a los señores viajeros, que debido a una huelga del personal de la Société nationale des chemins de fer el tren se va a detener. Lamentando las molestias, les rogamos que abandonen el tren»
Todo el mundo se baja. Carlo intenta averiguar qué se puede hacer. La situación es confusa, no parece que vayan a salir trenes ni al día siguiente.
Tres jóvenes españoles hablan entre ellos.
«Según dicen no nos vamos a mover de aquí y esto va para largo – les dice Carlo – Habrá que buscar la forma de seguir adelante hasta encontrar algún tren que nos lleve a España».
«Eso mismo estábamos diciendo mis amigas y yo – contesta el español – que hay que intentar seguir el viaje haciendo autostop. No nos vamos a quedar en este pueblo».
«Es lo que tenemos que hacer».
Conversando, los cuatro salen de la estación y se dirigen hacia la carretera.
«Miguel y yo intentamos parar algún coche aquí – dice Carmen- mientras que tú, Carlo, y Clara es mejor que os pongáis un poco más adelante, que si veen cuatro personas no van a parar.»
En el norte de Italia en invierno anochece antes de las seis de la tarde. Y con la oscuridad es más difícil que los coches se detengan para recogerte. Sin embargo, de alguna manera, nuestros autoestopistas consiguen avanzar algo: desde Ventimiglia a Menton, unos 11 km aproximadamente. La verdad es que las cosas no pintan nada bien.
En el recorrido Carlo dice a sus improvisados compañeros de viaje que va a pasar la Navidad a Jaén, con su pareja. Clara, Carmen y Miguel están estudiando un Máster en Milán y regresan a su casa por celebrar las fiestas con sus familias.
El tiempo pasa en Menton y los pocos coches que pasan no se detienen.
Por fin, para un coche. Cabrán los cuatro. Pero no les permite avanzar mucho: los diez kilómetros que los separan del Principado de Mónaco. Es ya medianoche cuando llegan en ese lugar de princesas y de formula 1.
Los cuatro deciden pasar allí la noche y retomar el viaje cuando amanezca, esperando tener mejor suerte el día siguiente.
«Tendríamos que cenar algo dice uno del grupo»
«Es cierto le contesta otro, pero aquí hay que pagar en Francos franceses y no creo que nadie de nosotros tenga, yo no tengo».
«Yo tampoco»
«Ni yo»
«Tampoco yo, y a estas horas está todo cerrado – dice Carlo- Incluso encontrando algo abierto, primero habría que encontrar algún lugar donde cambiar pesetas por Francos»
«Siiiiii – contesta irónica Clara- los empleados de las oficinas de cambio están esperando a nosotros cuatro»
«Tienes razón, Clara – afirma Carlo – las oficinas de cambio están todas cerradas. ¿Sabes qué es lo que está abierto a estas horas en este lugar?»
«¿Qué?»
«¡El casino se queda abierto toda la noche! Y seguro que allí cambian la valuta extranjera, ya que viene gente de todos los lugares del mundo para jugar aquí.»
«Tienes razón Carlo, vamos allí. «
Ya muy cansados, nuestros amigos se dirigen hacia el casino. El cansancio hace que les parezca muy lejano, pero al final llegan.
Hay muchos coches de lujo aparcados en la puerta del casino.
El grupo se dirige con paso decidido hacia la puerta del casino. De repente, Carlo se detiene; mira sus sandalias de madera, las famosas Pescura del Doctor Scholl. Luego, se fija en su chándal, en el pandoro que lleva con la mano derecha, y el panettone con la izquierda.
Siente el peso de la mochila en sus hombros. Mira a otro grupo que está entrando: van vestidos de Dior, de Chanel, de Armani…
«Entrad vosotros – dice Carlo – yo me quedo aquí «.
«De acuerdo – contestan los otros miembros del grupo- no vamos a tardar».
Que historia más bonita,continuará no? Que cosas pasan en la vida!! Espero que sea un final feliz,gracias por compartir,siempre tan generoso…Abrazos de luz😘❤
Que historia más bonita,continuará no? Que cosas pasan en la vida!! Espero que sea un final feliz,gracias por compartir,siempre tan generoso…Abrazos de luz😘❤
Gracias
Joerrrrr nos has dejado con la intriga.. Jajajaja espero nos cuentes el final de esta bonita y dura historia de amor. Cuidate mucho.
Verdad verdadera esa historia me suena (zapatillas y Pandoro ) pero no recuerdo el final . Llegar llegaste seguro no?
Sigue porfi 😘