52 hercios de amor

"Esta ballena está sola en un gran cuerpo de agua, nadando, cantando su canción, llamando a un semejante que jamás encontrará" Colin Stetson

 

Javier se sentia feliz: por fin habian aprobado su proyecto de investigación sobre Whalien 52.
Desde su divorcio, en su vida le habian faltado motivos de alegría. Pero, esta satisfacción compensaba todos los momentos tristes que había vivido, y con creces.
Pese a tener muchos amigos y personas que le querían, Javier se había siempre sentido bastante solo: es lo que sienten las personas que, como él tienen una sensibilidad muy desarrollada. Al contemplar un amanecer o al escuchar una sinfonía de Beethoven tienen experiencias próximas al éxtasis. Sienten que son sensaciones diferentes a las de la mayor parte de las personas: experiencias que los demás no entienden.

Se sentía fascinado, desde siempre, por Whalien 52, la ballena de 52 hercios. El hecho de que se trate de un espécimen único de ballena, que canta a una inusual frecuencia de 52 hercios (es decir una frecuencia mucho mayor en comparación a otras especies de ballenas) hace que muchos la definan «la ballena más solitaria del mundo».

«Tú y yo nos parecemos, Whalien 52 – pensaba Javier- tan diferentes a los demás, tan solos».
Había dedicado mucho tiempo documentándose sobre ella. Su identificación con ella era tan profunda que se hizo tatuar «52 hz» en su nalga izquierda.

Javier quería saber cuál hubiera sido la reacción de Whalien 52 si hubiera escuchado, por fin, respuesta a su canto. ¿Qué pasaría – se preguntaba- si descubiera que no es la única que canta a 52 hercios?»


Javier hizo bajar el bote salvavidas y le pidió al capitán del ballenero que se alejara un poco.
Sabía que Ella estaba cerca. Empezó a cantar ese canto tan singular que había estudiado en profundidad y que tanto tiempo y esfuerzo le había costado imitar. Lo repitió una y otra vez antes de que Ella le contestara. Los dos parecían hacer un dueto y entre ellos se estableció una profunda conexión.
Whalien 52 parecía danzar sobre las olas del mar y Javier podía percibir lo que ella sentía, lo que ella pensaba, lo que ella quería.
De alguna manera Ella le hablaba:
«Eres hermoso, Javier-decía ella – muy hermoso. ¿Quieres que te cuente mi secreto? No soy una ballena solitaria, sino una ballena libre. Si quisiera podría cantar como las demás ballenas. Pero, es así como a mi me gusta cantar: a mi manera.»

«¿Estás diciendo – dijo Javier- que prefieres estar sola a cantar como las demás»

«Estoy diciendo que amo a mis hermanas ballenas y que me encanta su forma de cantar. Pero, yo sólo soy feliz cantando así, vine a este mundo para ello y en este canto tengo mi vida»

«Te amo – dijo él- te amo muchísimo»

«Te amo- contestó Ella- lo sabes que te amo»

Cuando el capitán del ballenero vio algo parecido a un rayo salir del bote y dirigirse hacia  el cielo,  se acercó para ver qué había pasado.
Javier no estaba, sólo estaba la libreta donde él había apuntado todo lo que había ocurrido.
El capitán cree que  un rayo lo hizo caer a la mar.

Lo único que sé es desde ese día  nadie ha vuelto a ver Javier, ni a Whalien 52.

Al día siguiente un radiotelescopio descubrió una nueva estrella, una estrella que cantaba a 52 hercios.

 

2 thoughts on “52 hercios de amor

  1. Ohhhhh!!! Que preciosa historia!! La vida es así,es un canto a la libertad y al sentirse a veces solo estando acompañado,me encanta!!! Gracias por compartir tanto un abrazo enorme!! 😘😘😘

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