No salgas del camino: hace unos días, paseando por el Parque Natural de la desembocadura del río Guadalhorce, me fijé en un letrero: NO SALIRSE DEL CAMINO», eso ponía. Entre mí pensé que para ese lugar la frase era muy acertada, para proteger un entorno natural tan precioso.
Con todo, pensé, si esa frase la aplicamos a la vida la situación se hace más compleja: si nos referimos al camino que otros han preparado para nosotros, en ese caso puede ser necesario cuestionarlo y (si así consideramos) abandonarlo.
Por otro lado, hay un camino que nunca tenemos que abandonar: se trata del camino fascinante, misterioso y a la vez inquietante hacia nuestro ser, para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Es un camino que asusta, un camino que sólo se hace al andar, un camino en el que aprendemos a hacernos responsables de nuestra vida, de nuestras decisiones, de nuestras caídas y de nuestros avances.
Muchas personas nunca se atreven a recorrer ese camino: prefieren una vida más sencilla, una vida en la no se cuestiona a nada, y menos se cuestiona a uno mismo. Es su decisión y no me permito juzgarla, sin embargo estoy convencido de que es posible vivir una vida que sabe mejor, una vida con un sentido real cuando nos atrevemos a emprender «el viaje a Ítaca».
Si tú también has decidido este viaje, te pido que no salgas del camino.
No, salgas del camino, te suplico, no lo hagas. Nunca salgas de tu auténtico camino, ese que sólo se hace al andar. Ese camino que vas buscando en lo más hondo de tu corazón, ese camino donde la vida realmente es vida.
Es un camino arduamente sencillo, en el que necesitas la oscuridad para poder ver la luz. Vas a escuchar cantos de sirenas, indicando hacía otras rutas, y qué hermoso es su canto… Disfruta de esa hermosa melodía, pero sigue por tu camino.
Es un camino desconocido, un camino todo por descubrir, todo por vivir. Avanzarás hacía la meta, aún retrocediendo avanzarás, incluso tropezando progresarás. Y si en tu viaje sentirás dolor, si sentirás miedo, si la esperanza te abandona, sigue caminando: llorando y temblando desesperadamente, sigue marchando.
Lleva tu corazón de niño contigo y saca de tu mochila todo aquello que no necesitas, liberándote de tanto inútil lastre. Al andar, asume tu fragilidad: sólo en la fragilidad hallarás la fuerza, en tu necedad la sabiduría que necesitas. No, salgas del camino, te suplico, no lo hagas. Nunca salgas de tu auténtico camino, ese que sólo se hace al andar.
See you down the road, my Friend, nos vemos en el camino amig@.
Nos vemos en el Camino 🙏
Allí nos vemos, caminando.
Allí nos vemos
Buen camino, amigo
Gracias Carmen
Buen camino
Buen camino también a ti