Santa Lucia: mañana se celebra su día, un día que en mi amada Verona es un día especial.
En Verona es Santa Lucia la que se encarga de traer regalos a los niños, adelantándose a Papá Noel y a los reyes magos.
Falta decir la ilusión con la que los niños esperan ese día.
¡Cuántas cartas le escribí yo a la Santa! por cierto, la Santa me contestaba y, por sus letras, se notaba que la mujer ya era mayor, que le temblaban las manos. Además, algunos días antes de su llegada, anunciaba la proximidad de la fecha haciendo caer del cielo pequeños regalos, monedas de chocolate, caramelos, trompetas de plástico …
Esperaba con mucha ilusión esa fecha tan especial, siempre acompañado por mi hermano que, por cierto, imitaba de maravilla las letras de Santa Lucia: es que mi hermano Mario (Marione le decía yo, y le sigo diciendo) es una persona muy especial. Los niños, la noche del 12 de diciembre nos acostábamos muy temprano.
Me había explicado mi madre que Santa Lucia no quería que ningún niño la viera cuando bajaba del cielo con los regalos, me dijo que a los niños que habían intentado mirarla, ella les había echado arena a los ojos. ¿Qué me hubiera pasado si con los nervios que tenía me hubiera despertado y, sin quererlo, hubiera visto la Santa? Yo, que era un niño bueno y obediente, no quería que Santa Lucia me echara arena, así que un año le pedí a mi madre que me dejara dormir con una gran caja de cartón tapándome la cabeza.
Ese niño de la caja de cartón ha crecido, sin embargo aún se acuerda de su Santa favorita y hoy le quiere escribir una carta, para pedirle que cumpla algunos deseos.
«Querida Santa Lucia, si este año me he portado bien o mal no está en mi decirlo: lo que tengo claro es que he siempre hecho lo mejor que sé. Hay un regalo que me encantaría recibir en tu día: eres la patrona de las personas ciegas y te pido que me regale la capacidad de ver.
Porque a veces soy ciego y no veo claramente lo que pasa en mi corazón o en los de mis vecinos, de mis hermanos, de mis amigos
Necesito unos ojos nuevos, porque quiero ver, ver claramente: ver mis luces y mis sombras, ver lo que puedo mejorar. Quiero tener ojos para la tristeza de las personas pobres, de las personas, solas, de las personas enfermas, de las personas olvidadas. Quiero ojos que sepan ver las injusticias, las violencias, las guerras. También quiero ojos para el amor, la esperanza y la alegría: haz que siempre me dé cuenta yo de todo lo bueno que hay en este mundo, de las personas generosas y entregadas, del sol y las demás estrellas. Quiero ojos para el mar y los montes, para la sonrisa de un niño y para el canto de un pájaro.
Querida Santa, gracias por acordarte siempre de nosotros y por acompañarme siempre en mi camino. Prometo que no intentaré mirarte cuando me traigas (porque sé que lo harás) estos nuevos ojos. Pero, por favor, si yo fuera a despertarme te pido que no me eches arena, que en el piso no tengo cajas de cartón.
Carlo, el niño de la caja
Me encanta …..no conocía la Historia Italiana de Santa Lucía ……es el Santo de mi niña ….de la niña por la que he perdido los ojos para no ver lo que no quiero ver , de la niña que me quita el sueño y a la que le daría mi vida ……Gracias Carlo
Gracias 😊 a ti Ana ☺️
Emociona y directo al corazón y lo esencial como es habitual en tí. Bueno, me llamo Luz y no coincido en fecha con la celebración de esta Santa pero mi corazón está abierto a sus chocolatinas y a tus deseos que marcan el camino de la prioridad. Duerme y sigue inspirándo en tu infancia e Italia feliz. Qué bonito!
Grazie 😘Luce
Que bonita historia la tuya,que lindas palabras y echos,tu nos regalas tanto a tod@s…creo que tus ojos ven muy bien todo lo que pasa a tu alrededor y haces mucho bien…
Me encanto esta historia..Abrazos Carlo🙅🏼🥰🥰🥰
Gracias a ti Rosa, gracias de verdad
Recuerdos de la infancia que se quedan en el alma y en el corazón, muy bonita y emotiva historia… Pidamos a la Santa mucha paz….. Un grande beso Carlo