La otra cara 🇪🇸 (ES)

La otra cara (relato de Carlo De Amicis).

En la orilla del mar, en una playa desierta, el sol se va poniendo.

Ella y Él van caminando desnudos. Cogidos de las manos, miran el horizonte y se sonríen, sin decirse palabra alguna. Las olas van y vienen, y van borrando las huellas que los dos amantes dejan en la arena. Siempre caminando en silencio, llegan al lugar donde habían dejado su ropa y se sientan, para escuchar el llanto de las gaviotas.

Ella lo mira, acerca sus labios al oído de Él y susurra: «sabes, sé que me amas, llevamos mucho tiempo conociéndonos y caminando juntos. A mí me encanta tu forma de ser y me considero una afortunada a tenerte en mi vida, sin embargo …»

» El afortunado he sido yo encontrándote a tí; – contesta Él – juntos hemos vivido momentos muy lindos, y muchos más nos esperan; aunque puede que no nos queden muchos más años por vivir, que ya somos mayores los dos»

«Lo sé , mi vida – sigue ella-, hemos vivido muchos momentos mágicos y queda mucha magia detrás de nuestras arrugas; pero hemos tenido nuestras crisis, y soy consciente de que hay cosas mías que ni yo aguanto. Explícame cómo haces tú para aguantarlas.

Él la miró, la cara de Él, marcada ya por el paso del tiempo, seguía transmitiendo serenidad; la miró con una sonrisa cómplice y tierna.

«No te aguanto, cariño, nunca te aguanté ….»

«¿No me aguantas?»

» No, no te aguanto, te acepto y te quiero tal como eres. Pásame un momento mi cartera, cielo»

Ella, perpleja, coge la cartera de Él y se la pasa. Él la coge y saca un billete.

» Vaya un billete de 500€ – exclama Ella – pensaba que ya no quedaban»

» Cógelo y mira sus dos caras, míralas bien y después dime cuál de ellas te gusta más»

Ella hace lo que él le pide y contesta

«Esta cara – afirma Ella – esta cara me gusta más que la otra»

«Muy bien – replica Él- pensaba regalarte este billete para que te compraras con el lo que quisieras. Sin embargo, acabo de pensar que es mejor si sólo te regalo la cara del billete que más te ha gustado. Tengo un nuevo tipo de navaja tan buena que permite separar las dos caras del papel. Así que te daré sólo la cara del billete que tú prefieres».

Ella soltó una sonora carcajada añadiendo: «¡qué cosas dices! aunque eso fuera posible, el billete perdería todo su valor, un billete es un todo si lo divides ya no valdría nada».

«Así es, mi vida, y eso mismo ocurre con las personas: cada persona es un tesoro, un tesoro que es un todo vale como un todo. No podemos separar lo que nos gusta de lo que no. Hay que quedarse con el lote, confiando en que tanto las cosas que nos gustan de la otra persona como las que nos molestan tengan un sentido y una función que desempeñar en nuestra vida.

Me encanta tu «tesoro», tu forma de ser: hay facetas tuyas que me cuesta entender, pero no intentes cambiarlas, así eres tú y así te quiero en mi vida.»

«Ahora entiendo, mi amor, tú tampoco cambies, por favor, y … y dame ese billete, pero las dos caras eh».

 

 

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