Gracias por molestarme 🇪🇸 (ES)

Gracias por molestarme: en época de confinamiento no tengo más remedio que ir a trabajar en bicicleta. La alternativa de montarme en un tren de cercanías, y encima sin mascarilla ni guantes, no me parece la más indicada.

Es por esta razón que, a diario, hago el recorrido de Benalmádena al Hospital Marítimo de Torremolinos en bici: recorrido de aproximadamente medía hora (algo más el regreso, debido a que hay alguna cuesta).

En los últimos días, en dos ocasiones ha llovido, como suele decirse, a mares.

¿Y qué hace un italiano en bici en un día de lluvia? Se acuerda de la mamma:

« ¿Y qué hacemos mamá – le preguntaba – si nos llueve en el camino y además sin paraguas?»

» Lo mismo que hacen en Milán cuando llueve – contestaba ella con esa sonrisa de una dulzura infinita que sólo las madres tienen. Y si una madre es además una «mamma» una auténtica e irrepetible mamma italiana … – pero exactamente lo mismo que hace la gente de Milán»

» ¿Y qué hace la gente de Milán -volvía a preguntarle yo, confiando en la sabiduría y la laboriosidad de los habitantes de esa gran ciudad – qué hace?»

«Mojarse, hijo, mojarse»

«Jajajaja».

«Una mamma italiana»

Cuánta razón tenía, mojarse al fin y al cabo no es tan malo. Así que cuando me pillaron esos aguaceros, me descubrí a mi mismo, en plan Gene Kelly, cantando bajo la lluvia «escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera el nuevo día «

En esos días de lluvia, nunca me ha parado la policía: tal vez pensarán que si alguien circula en bici bajo semejante lluvia, tiene que tener una buena razón; o tal vez piensen que alguien que hace algo tan extraño (y encima tarareando el himno de la alegría) tiene que haber salido de la película «La naranja mecánica»: alguien demasiado peligroso. Porque también nuestros valientes policías, en ocasiones, tienen miedo.

¿No se lo creen? La siguiente anécdota me la contó un amigo policía y sé por él que es algo que ocurrió realmente (en el relato he cambiado los nombres por la ley de protección de datos y por la ley mordaza, pero puedo asegurar de que se trata de un hecho verídico). Esto fue lo que pasó:

«-Pérez de homicidios, ¿quién es?

– Agente Aguirre.

– ¿Qué ha pasado?

– Asesinato de un varón de 38 años. Su madre le ha dado 6 puñalás por pisar lo fregao.

– Han detenido a la madre?

– No, todavía está mojado…»

Yo personalmente, entiendo bien que los policías puedan tener miedo en ocasiones, y aún más tenerle miedo al ciclista con chubasquero que canta baja la lluvia.

Claro que, cuando no llueve no asusto tanto, así que en días soleados ya han sido dos las ocasiones en las que me han parado preguntándome adónde iba yo en bici en pleno estado de emergencia. Después de enseñarle el certificado que me han hecho en mi trabajo y explicándoles mi caso, me han dejado ir.

¿Sabes una cosa? Por un lado sentía cierta molestia, pues me molesta que me paren justo a mi. Me paran a mi que me tomo muy en serio todo esto y sólo salgo para cumplir con la que, antes que mi obligación, considero mi responsabilidad.

Ellos hacen su trabajo, a mi no me conocen de nada y es su responsabilidad, antes que su obligación, pararme y preguntarme. Y sin embargo, me molesta.

Así de extrañas son a veces las emociones del ser humano, que además de experimentar molestia, también siento gratitud hacia ellos. Esos valientes están trabajando y protegiendo a mi salud y a la de mucha gente, y pese a los nervios y los miedos, se dirigieron a mi con mucha profesionalidad y respeto.

Así que si tú, que me estás leyendo, tienes amigos o familiares policías, dales las gracias de mi parte dile: «hay un italiano que canta bajo la lluvia y que va trabajar en bicicleta, que te da las gracias por molestarle. Me ha pedido que te diga tres palabras : Gracias, gracias, gracias.»

Gracias de corazón, por molestarme y sobre todo por intentar evitar que algún desaprensivo ande por ahí de forma innecesaria. Gracias por protegerme, por proteger a mis compañeros de trabajo, por proteger a nuestros mayores y proteger la alegría y la solidaridad del pueblo Andaluz.

Un abrazo muy fuerte : y ánimo hermano.

Carlo

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