Yo me acuerdo donde estaba hace dieciséis años cuando me enteré que unas bombas habían explotado en la estación de Madrid: estaba en mi coche, en un desplazamiento de trabajo con la radio puesta.
Yo me acuerdo que en seguida entendí que era un atentado de dimensiones muchos mayores a las de anteriores atentados ocurridos en España. Y cuando, posteriormente, empezaron a llegar imágenes y datos más concretos, me quedé sobrecogido, como toda España.
«¿Por qué? » yo me acuerdo que me preguntaba entonces, una pregunta que me atormentaba y me sigue atormentando «¿por qué tanto odio?» , «¿por qué tanta crueldad?» Los seres humanos somos todos hermanos, nos une un único destino, un mismo corazón una misma esperanza.¿cómo entró la perversa semilla del odio en nuestros corazones? Los hermanos están par ayudarse, para compartir, para caminar juntos…. y sin embargo, allí están las guerras, la violaciones, los asesinatos, lashoah, el 11 de septiembre, el 2 de agosto de 1980 y mucho mas.
No puedo ni quiero imaginar lo que tuvieron que experimentar las personas y las familias afectadas. ¿Habrán podido darle un sentido a todo aquello para seguir viviendo? ¿seguirán heridas mortalmente en lo más hondo de su alma? Espero que encontraran paz y que la solidaridad de muchas personas les permitiera seguir confiando en el ser humano. Porque de esto somos capaces los humanos: de lo peor y de lo mejor. A todas las victimas del odio, quiero recordarles que no están solas, que en nuestro planeta vive muchísima buena gente, personas heroicas, personas generosas, personas entregadas, personas leales. Yo me acuerdo de Rita Borsellino, hermana del juez Paolo Borsellino, asesinado por la mafia siciliana, y de unas palabras que ella escribió y que a mi me impresionaron:
«No pedimos venganza. No sólo no la pedimos, no la sentimos dentro. Siempre dije que tenía un gran regalo de Dios. Nunca sentí odio hacia nadie y casi tengo miedo de este sentimiento, casi tengo miedo de sentir odio hacia alguien, porque creo que debe ser un sentimiento devastador, que debe lastimarte por dentro, que debe hacerte vivir mal, que debe hacerte sentir mal. Una vez escuché durante un debate a la viuda de alguien que había sido asesinado por las Brigadas Rojas y ella dijo: «No puedo perdonar porque sufro demasiado». Le dije: «Sufres demasiado porque no puedes perdonar». Porque es verdad, porque si puedes entrar en esta perspectiva muy particular del perdón cuyos términos me gustaría aclarar contigo, si no puedes entrar en esta perspectiva, en este mecanismo de perdón, sufres, debes estar realmente mal, en mi opinión no hay paz ni por un momento. He visto a personas declarar que realmente quieren venganza, que odian a quienes las han lastimado y siempre las he visto sentirse mal, mal, mal, sufriendo de una manera verdaderamente atormentadora. Doy gracias a Dios porque nunca he intentado esto. Porque nunca he sentido odio y casi tengo miedo de poder caer en esta tentación a veces. Nunca lo he intentado, pero no es mi mérito. Creo que es un regalo de Dios porque me ha ayudado a aceptar esta situación con serenidad, no con resignación. Ten cuidado, porque esto es absolutamente diferente. Nunca me resigné a la muerte de mi hermano, desde el primer momento, cuando me di cuenta perfectamente de que esta muerte que se anunciaba casi como una muerte inevitable, no lo era en absoluto. Es que nadie había hecho nada para evitarlo, lo cual es diferente, profundamente diferente. Cuando Giovanni Falcone había sido asesinado un mes y medio antes, se sabía claramente, todos lo sabían, lo decían, incluso Paolo lo dijo, que él sería la próxima víctima, que sería el próximo objetivo. No es posible que después de un mes y medio Paolo Borsellino sea asesinado exactamente de la misma manera que Giovanni Falcone fue asesinado. Salta un pedazo de carretera cuando Falcone es asesinado, salta un camino entero, 4 edificios, 140 apartamentos en via D’Amelio, cuando Borsellino es asesinado. Pocos estaban con Paolo Borsellino, los cuatro hombres y una mujer que lo protegieron como lo había hecho Roberto Antiochia con su comisario, acurrucándose a su alrededor, casi abrazándolo. No queda nada de los cuerpos de estos muchachos, pero nos dieron el gran regalo de mantener el cuerpo de Paolo casi intacto, dejando intacta en su rostro la sonrisa que era su característica más hermosa. Esa sonrisa que fue casi un mensaje de resurrección para mí. Estaba pensando en esa sonrisa que sobrevivió a la muerte que traté de mirar hacia adelante, fue como si Paolo me mostrara un camino a seguir. Como si Paolo me estuviera diciendo que más allá de esa muerte había algo que valía la pena vivir, algo que debía hacerse vivir, debía continuarse. Y este algo era sobre todo justicia, esa justicia que él no había administrado, sino que había vivido, realmente había encarnado y que era un requisito de su conciencia, de su alma, de buscar justicia. La expresión que usa Rosario Livatino también es hermosa, son muy similares, de hecho se amaban, se habían conocido. Recuerdo el violento dolor de Paolo cuando recibió la noticia del asesinato de Rosario y fue allí en el camino a Agrigento para ver, volvió molesto y dijo: “Pobre Rosario fue asesinado como un conejo, lo persiguieron por el campo. Preguntó por qué, mientras el asesino le apuntaba con el arma, solo palabras de insulto, palabras de insulto, llegaron a él, como Jesucristo en la Cruz ”. Paolo tenía todo esto adentro, todos estos muertos que había visto en su camino, todos estos amigos, estos compañeros, personas que han caído en su mismo camino. Y cada vez para él era un compromiso aún más fuerte descubrir esta verdad, hacerla verdad, hacer justicia. Había hecho el mismo compromiso cuando Falcone murió en sus brazos con su cuerpo ahora maltratado y Paolo le prometió: «Haré justicia». No dijo: «Te vengaré», nunca hubiera pensado, nunca quiso, tanto que 30 días después de la muerte de Giovanni Falcone, frente a unos 30,000 niños, exploradores que vinieron de toda Italia, pronuncia esta espléndida oración fúnebre de cual es el pasaje tomado de Don Andrea ha leído. Es un mensaje de amor. Es solo un mensaje de amor. Como mensaje de amor, transmite la muerte, la vida y la obra de Giovanni Falcone. A estos niños les da un mensaje de fuerza, justicia, amor a la verdad. Estuve allí ese día, era la primera vez que asistía a un manifestación pública»
Este hermoso mensaje que esta mujer valiente nos dejó, es un testimonio que me llena de esperanza, esperanza que el amor y la justicia puedan triunfar, y no sólo en las películas de Hollywood, y sobre todo que las víctimas del 11M encuentren la misma paz y determinación que esta gran mujer. Yo me acuerdo de las victimas y deseo que la paz sea con vosotros, con ellos, Shalom aleijem שלום עליכם .
Yo me acuerdo, tal como nos enseño Primo Levi, yo me acuerdo para que mi casa no se derrumbe,
la enfermedad no me imposibilite, ni mis descendientes me vuelvan el rostro, yo me acuerdo ¿y tú?.
Unico y maravilloso gracias Carlo.
Gracias Rosa