Coronavirus y psicología: aún no queda claro que va a pasar con este virus en nuestro País y en la Unión Europea.
No sé si este fenómeno tendrá aquí las mismas repercusiones que está tenendo en China, pero yo después de ver las medidas tán drásticas que se están tomando en mi amada Italia, he estado buscando información.
Me llamó la atención leer que las personas afectadas, directa o indirectamente (sobrevivientes y personal médico), tienen propensión a la depresión y al Trastorno de Estrés Postraumático TEPT.
Durante el brote de SARS en 2003, en China no hubo un bloqueo formal, pero vivir esa epidemia dejó cicatrices mentales en toda la sociedad. Lo demostraron varios estudios, que ahora pueden ayudar a enfrentar este virus.
El Dr. Lam Ho Bun, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad China de Hong Kong y coautor de uno de esos estudios, explicó a CGTN Digital que los trastornos mentales ocurren frecuentemente después de un brote.
Los profesionales de la sanitarios son el grupo más vulnerable tanto al virus en sí como a los problemas mentales.
«La depresión es el trastorno más común«, dijo, y agregó que alrededor del 40 % de los sobrevivientes sufren de depresión, especialmente aquellos que han padecido complicaciones médicas a largo plazo, la pérdida de familiares en el brote y la pérdida de estatus económico.
El segundo trastorno más común es el trastorno de estrés postraumático (TEPT)». Casi el 30% de los sobrevivientes lo padecen. Los profesionales sanitarios están especialmente expuestos a sufrir el trastorno, al verse involucrados y, siendo testigos de muchos procedimientos médicos, como la reanimación «, dijo Lam Ho Bun.
Los profesionales sanitarios, además de los pacientes, pueden desarrollar un alto nivel de ansiedad, siendo vulnerables al desarrollo de un trastorno mental.
«Otros trastornos mentales comunes después del brote son el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo-compulsivo«, agregó, y señaló que el trastorno somatomorfo y el trastorno de fatiga crónica también son comunes, aunque en el caso del brote de SARS pudieron ser secuelas a largo plazo del uso de esteroides en dosis altas.
Así que creo que es importante que, aun esperando y confiando en que aquí la crisis no llegue a situaciones tan extremas, los profesionales de la psicología nos vayamos preparando para poder dar nuestra aportación. En este sentido estoy seguro que el Grupo de Intervención en Catástrofes del Colegio Oficial de la Psicología va a poder dar una aportación muy significativa incluso en la formación de aquellos psicólogos que no pertenecemos al grupo pero que, en el caso fuera necesario estamos dispuestos a aportar nuestro granito de arena.
