Loving las Vegas: Como diría el Rey emérito de España, me llena de orgullo y satisfacción (no pierdo mi sentido del humor, ni del amor ni en las Vegas) haber compartido un hermoso taller sobre
independencia emocional con una Terapeuta como la copa de un pino (así diríamos en mi segunda patria, España) como es Tamaris Vargas y con un grupo de personas muy especiales, valientes y con mucha fuerza.
Orgulloso de haberlas acompañado en un proceso personal de cambio muy auténtico y profundo.
Experiencias como estas me fortalecen en mi convicción de que hay esperanza para este mundo, que el ser humano, gracias y no pese a su fragilidad, es grandioso.
Asimismo me llena de esperanza de cara a una Psicología comprometida con las personas, sobre todos a las personas que más la necesitan, comprometida con el respeto más absoluto de la persona a la que acompañamos y orientarnos. La acompañamos en el más absoluto respeto de su autonomía.
A ello me obliga no sólo el código deontológico que rige la profesión más hermosa del mundo, la de la psicología, sino ante todo mi consciencia: «el cielo estrellado sobre mi y la ley moral dentro de mi» , decía Kant y con mucha razón. Nunca podria practicar una psicologia que pretendiera manipular a las personas, creo demasiado en la libertad. Ni con la escusa de actuar para su bien y su felicidad podria actuar asi: cada uno tiene el derecho y la responsabilidad de decidir cómo conducir su vida, cómo definir la felicidad y qué esfuerzos está dispuesto a hacer para lograrla. Mientras no dañe a nadie, es su responsabilidad escoger.
Mi responsabilidad como psicologo es acompañar y orientar a la persona , para que pueda aclarar sus prioridades, definir sus objetivos vitales y poner en marcha las estrategias más indicadas para llegar a su meta.
Aquí en Las Vegas he podido observar (y admirar ) un grupo de personas que ya han descubierto lo que quieren para su vida y lo que no.
Tienes todo lo necesario para lograrlo y confió mucho en que lo harán.
Enhorabuena.
Muy entrañable lo que dices
Gracias Rosina, Gracias de veras