El martes pasado aquí en las Vegas tuve la ocasión de participar con TAMARIS VARGAS
ANABELL ROA Y MIRNA MOREIRA en MI MEJOR COLOR en una mesa redonda, sobre el llamado síndrome del Nido vacío: esa sensación de vacío que experimentan madres y padres cuando sus hijos se independizan.
«Nido vacío: cuando los hijos vuelan »
Toda una vida dedicada a cuidar, arropar, guiar, proteger ¿y ahora qué hacemos con ella? Misión cumplida, pero tenemos que reconducir nuestra vida, emprender nuevos proyectos vitales.
Es normal experimentar cierto duelo, una etapa importante de nuestra vida se cierra, pero se cierra para que otra pueda abrirse, para que podamos tener experiencia nuevas. El vínculo con los hijos se transforma, pero no desvanece. Ahora empieza un nuevo camino. Es importante que descubramos quienes somos realmente, cuál es nuestra esencia, que no tengamos miedo a estar solos con nosotros mismos. Si seguimos con nuestra pareja es el momento para profundizar con ella ¿existe aun la pareja o después de tantos años siendo familia no sabemos ya qué hacer con ese tiempo para dos?
Cuando los hijos vuelan es el tiempo de las verdad, y la verdad nos hace libres: no le tengamos miedo a la libertad. Y no olvides que tu nido no es un nido vacío mientras tú vivas en el, pero tienes que vivir de verdad, llenando de sentido tus días contigo mismo/a. Eres una persona valiosa, eres lo más valioso de tu vida: veniste a este mundo para ser feliz, tus hijos te necesitan feliz para que les indiques cuál es el camino de la felicidad, el camino de la alegria, el camino del sentido.
¡Sé feliz en tu nido!