Noche y día, cada día y cada noche.
Vamos de entierro, falleció la noche
herida mortalmente por el primer sol del día.
Entre bostezos, cafés y duchas nos despedimos de ella,
la oscura noche de dudas y reposo.
Ya se fue, se llevó sueños y pesadillas,
ladridos de perros, cantares de gallos.
A orillas del mar la enterramos,
La mecen las olas y descansa dulcemente nuestra hermana noche .
Que te sea leve tu viaje diurno,
cuando la oscuridad se apaga y las cotorras celebran con su canto el nuevo día que nace.
Día de luz y esperanza, día de trabajo de lucha y de danza, día que nos dejará cuando hermano sol oculte su rostro detrás de las mágicas montañas y hermana luna vuelva a asomarse sobre un oscuro mediterráneo que mece los sueños de los espíritus inocentes.
Carlo De Amicis